sábado, 5 de noviembre de 2011

No me reconozco.

Odio despertarme con la alarma del móvil, a los graciosos de los toques a las cuatro de la mañana y la gente que no tiene sentido.
♥♥♥

 Las clases de matemáticas y últimamente hasta las de educación física, fuck this.



Odio la gente que se cree mejor que yo, la que dice 'en fin', la que dice 'te amo' sin tener ni puta idea del amor, la que cambia de opinión cada dos segundos, la gente que vive para agobiar, la que miente y la que oculta la verdad aunque yo también lo haga. Odio quedarme en casa los fines de semana, ir donde va todo el mundo, tener que hacer cosas por obligación, el frío, los semáforos, las palomas y las arañas, las canciones que tienen letras malas sólo para rellenar, las noticias y los anuncios de la radio en medio de un partido del FC Barcelona. La gente que tiene en su habitación unos corchos medidos a la perfección con un millón de fotos de 'amigos' a los que después de un mes ni reconocerá, y la clase de persona que juzga antes de conocer. Odio cuando me hablan al oído, aunque me encanta que lo haga él, a los que tienen mil amigos en el tuenti y conocen a cuarenta, a los que no saben apreciar las cosas que tienen y a los que prometen cosas que saben que no van a cumplir. Odio a la gente que no se valora aunque yo sea la persona que menos se valora del mundo, a la gente que le preocupa más lo que piensen los demás, la gente que se emborracha todos los sábados, la que no tiene otra cosa mejor que hacer que reírse de los demás y según qué gente, odio que me cojan las cosas sin preguntar. Odio el miedo y odio odiarlo, odio el amor y todos los sentimientos en general, por odiar, odio hasta la amistad por si algún día me falla.
Odio todo lo que se va, lo que vuelve un tiempo y se vuelve a ir, porque es devolver algo para quitarlo de nuevo. Odio que todo el mundo me pregunte si me pasa algo cuando perfectamente se ve que sí, tener que ocultar cosas para no hacer daño, que no esté aquí, que me duela el tobillo y tener una cicatriz. Odio querer cosas que lógicamente nunca voy a conseguir, odio soñar y acordarme después de los sueños. Odio que todas las canciones me recuerden a alguien, la gente que no entiende que no se puede olvidar así como así, la que lleva junta toda la vida y por cualquier tontería se separa. Odio la gente que me recuerda todos los días lo poco que valgo y a veces, la que no se da cuenta de que para mí vale un mundo.

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