martes, 3 de enero de 2012

Me quiero morir…

Eso es exactamente lo que pensé cuando me marché. Cuando arranco el coche, hace apenas dos días.
♥♥♥

Quería acabar con todo, sí, un simple accidente era lo mejor.


Cuando estás mal, cuando lo ves todo negro, cuando no tienes futuro, cuando no tienes nada que perder, cuando cada instante es un eso enorme, insostenible. Resoplas todo el tiempo y desearías librarte como sea. De cualquier forma, de la más simple, de la más cobarde, sin dejar de nuevo para mañana este pensamiento: “Él no está.” Ya no está. Y entonces, simplemente, querrías no estar tampoco tú. Desaparecer. Paf. Sin demasiados problemas, sin molestar. Como un mago hace desaparecer a una paloma. Curiosamente, nunca nos preguntábamos donde está, ni si va a volver. Tan solo ha sucedido, no hay nada más que decir. En cambio, nosotros no podemos desaparecer tan fácilmente. Ya está, ya ha pasado. Ahora recuerdo las risas de años pasados y pienso como no había dado cuenta antes. Pero nadie me quitará las ganas de saber si realmente el siente lo mismo…




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